El fundador de Agrosur y contó sus inicios y cómo es su filosofía. Además de vender maquinaria, produce carne, granos y recorre el país en su motocicleta.

Fabián Jáuregui Lorda desarrolló sus negocios desde muy joven en la zona de General Belgrano, Buenos Aires, donde se inició como agente de maquinaria agrícola y de servicio técnico, para luego volcarse a la producción ganadera de la raza Angus con un manejo de precisión y fuerte integración con la agricultura.

“Mi padre, Jorge, arrancó en 1962 como subagente de un concesionario de maquinaria agrícola, vendiendo tractores, semillas, tranqueras, mangas y todo aquello que tiene que ver con la actividad agropecuaria. También tenía un tambo en Brandsen y como a mí me gustaba el campo, desde chico con 10 o 12 años, siempre lo acompañaba en sus recorridas”, dice Jáuregui Lorda en diálogo con Clarín Rural.

Más tarde terminaba la secundaria en el colegio de los Salesianos en Lavallol, Euskal Echea, a unos 60 km de Coronel Brandsen. “El viaje se hacía con un Rastrojero carrozado con tres filas de asientos en el que íbamos y veníamos con mis hermanos y algunos vecinos, desde el pueblo al colegio todos los días. Éramos medio pupilos”.

Más temprano que tarde se dio cuenta que su partido se jugaría a unos km al sur de su Brandsen natal. “Con parte de la carrera de agronomía hecha en La Plata y el servicio militar cumplido, a los 21 años me vine para General Belgrano, en marzo del 82, donde armé mi familia e inicié la concesionaria Agrosur de tractores y maquinaria agrícola. Al principio viajaba todos los días de Brandsen a Belgrano”, recuerda.

En ese proceso primero alquiló un local en el centro de la ciudad y trabajaba con su colaborador hasta el día de hoy, el “Vasco” Jorge Iturbe. Luego se sumaron sus hijos, Ramiro en ventas y Florencia en la administración, mientras la más chica, Ángeles, estudia agronomía en La Plata.

Con el tiempo Jáuregui Lorda llegó a tener su agencia sobre la Ruta Provincial 41, a metros del cruce con la 29. Durante más de cuatro décadas vendió entre 25 y 30 tractores anuales, que suman más de 1.200 tractores, unas 300 sembradoras, cosechadoras y máquinas forrajeras (rotoenfardadoras, segadoras, rastrillos,) y equipos para alimentación de ganado tales como mixers, palas y todo tipo de maquinarias que se utilizan en una zona mixta donde conviven el tambo, la ganadería, la agricultura y la papa, entre otras.

Criador de Angus

Jáuregui Lorda señala como un hito importante en esta historia la compra, en 2008, de una porción de campo llamada “Las Marías” ubicada en la zona de Ranchos, a 37 km hacia el norte de Gral. Belgrano por la ruta 29, y que administró su hermano Eduardo hasta 2019. Luego comenzó a manejarlo él mismo y en 2020 compró otra porción de campo en San Miguel del Monte, “La Armonía”, a unos 22 kms al norte de Belgrano por la ruta 41, donde hace agricultura, principalmente maíz que utiliza para silo y para grano. “En los bajos hago cría y desteto los terneros que van a recría en Ranchos, que es un campo de invernada, con corrales para engorde y comederos”, detalla.

Como defendiendo su estrategia de largo plazo, afirma: “Siempre me he propuesto objetivos alcanzables, que sean medibles, porque de lo contrario seguramente me hubiese deprimido, y siempre voy con pasos cortos. Es decir, busco avanzar un paso y luego consolidarlo, método que me llevó a tener la empresa ordenada, sana, con un emprendimiento ganadero de proyección bastante ambiciosa”.

Jáuregui Lorda se enfocó en animales Angus negros y colorados con buena genética, aplicando Inseminación Artificial a Tiempo Fijo y repasando con toros de primera calidad y vientres de las cabañas más reconocidas de Argentina, como La Pastoriza de El Madrigal SRL, La Barrancosa, Los Abuelos de Coronel Brandsen de Guillermo Simone, y El Respiro de General Belgrano.

Inseminación Artificial a Tiempo Fijo (IATF) es una técnica que, mediante la utilización secuencial de hormonas, permite sincronizar los celos y ovulaciones.

“Estoy haciendo la cría desde el nacimiento del ternero hasta la vaquillona, de manera que algunos vendo y otras las envío a reposición en el rodeo. Y en el campo de Ranchos hago la recría en base a verdeos de verano, de invierno y pasturas. También suplemento con silo de maíz, silo de sorgo y grano”, dice.

Como indicadores de la eficiencia alcanzada en la empresa, manifiesta: “Este año alcanzamos en un rodeo 93.5 como índice de preñez, en el que hice inseminación artificial con el Doctor Juan Manuel Escapil, de General Belgrano, aplicando pajuelas del toro Dinamitado, de La Pastoriza”.


El productor maneja la cría con dos pariciones, una de otoño -abril, mayo, junio- donde intenta que los nacimientos se den los primeros días de abril para evitar la mosca. La otra parición es en julio, agosto, septiembre, para dar una segunda oportunidad a los vientres que quedaron vacíos en el servicio de otoño, dato que brinda la ecografía. Finalmente vende los vientres que quedaron vacíos en el segundo servicio.

Ambos servicios son con inseminación artificial y luego se repasan con toro, y es así porque cuando el veterinario hace la inseminación artificial, inyectando hormonas para sincronizar el ciclo, queda preñado el 50 o 60% de los animales. “Este año preñamos el 66 o 67% del rodeo, obteniendo en la parición lo que llamamos el rodeo cabeza, y para el porcentaje de animales que no se preña con la inseminación artificial, hacemos el entore -con toros puros – con lo cual se captan algunos celos que luego conforman la cola de parición del rodeo”, dice.

“Algo lindo de ver es que en pocos días se tienen la mitad de las pariciones, a un ritmo tal que en un corto período de 10 a 15 días se logra un 50 a 60% de los nacimientos que llamamos el rodeo cabeza. Un mes y medio más tarde paren los vientres que se sirvieron con toros por que no habían quedado preñados con la IA, y ellos serán el rodeo de cola, con terneros más parejos en tamaño”.

La recría ingresa con 200 kg o 220 kg y es alimentada a pasto combinado con el corral, y por ejemplo, señala, este año que pasó, que los pastos estuvieron lentos por la seca, la recría es a corral. “Otros años los he recriado a campo. Luego, la vaquillona con 24 meses y entre 300 kg a 350 kg va a servicio”, dice.

“Hago el novillo a pasto y lo termino a corral, aunque también he vendido terneros. Y ello depende, básicamente, de la capacidad de los cultivos para alimentar a la hacienda. El año 2023 tuve que terminar a campo y debí vender terneros, pero pude guardar las hembras. La seca pegó fuerte y de hecho no hemos podido lograr los suficientes verdeos de invierno, y he debido desarrollar algunas estrategias que han tenido un costo bastante alto con el objetivo de retener animales cuando el precio no resultó atractivo”.

Manejo forrajero

Todo el alimento para suplementar a la hacienda es de propia producción, como el silo de maíz, el silo de sorgo y las pasturas con las que se confeccionan rollos, más allá del pastoreo directo, y todo hecho con contratistas que a su vez son clientes de la concesionaria Agrosur.

“Las pasturas consociadas son de agropiro, festuca, alfalfa, melilotus, trébol blanco. También utilizamos expeler de soja que se suministra con un concentrado proteico. El silo es de maíz, el de sorgo es según como se presenta el año. En los lotes más flojos prospera mejor el sorgo granífero, que en un año de seca como el pasado, se estaciona en un estadio de su desarrollo y espera la próxima lluvia. En cambio, el maíz sigue su desarrollo y ante un déficit de humedad no construye la espiga”.

En la alimentación, como en la genética del rodeo, Jáuregui Lorda prefiere asegurar resultados, “En todos los temas del forraje y manejo ganadero, cuento con el asesoramiento del especialista Leandro Abdelhadi, con quien hacemos cuatro recorridas de campo al año: verano, otoño, invierno y primavera. Él hace un plan por visita que cada vez de forma inmediata me enfoco en activarlo”.

El plan forrajero está proyectado con un programa de siembra de pasturas y de rotación de cultivos por lote y que llega al 2025. “Como ejemplo de ello tengo un lote que viene de una pastura degradada y en la primavera del 2023 se sembró un maíz para silo y que luego irá una avena en el 2024. Luego de la avena se sembrará otro maíz para silo, y en el 2025 se implantará una alfalfa. Otro ejemplo es un lote que en el 2022 era un sorgo para silo y en el 2023 una pastura de festuca, trébol blanco y lotus, que en este momento está espectacular”, dice.

Para mayores detalles de las rotaciones en los lotes, señala: “También tengo un raigrás en un lote que promocioné en el 2023 y que lo promocionaré en el 2024. La promoción significa que en noviembre le saco la carga animal, el raigrás semilla y voltea una buena cantidad de kg/ha. En febrero lo fumigo, lo fertilizo y lo dejo para que, en el mes de abril, sea un verdeo logrado, sin invertir en sembradora ni en semilla, y además tengo mucho forraje más temprano”.

En este manejo incluye estrategias como conservar los lotes siempre cubiertos e incluso verdes. “Los tiempos entre los cultivos son lo más corto posible. Por ejemplo, un maíz para silo, termino de picar, fumigo, hago un pre emergente y atrás siembro. En algunos casos hice intersiembra en febrero, cuando el maíz está desarrollado, con la máquina Altina, que si bien rompe alguna planta distribuye el raigrás entre los surcos de maíz, y cuando pico el maíz y pasa la luz entre el rastrojo ya el raigrás tiene un volumen de materia verde interesante. El raigrás en los rastrojos de maíz es para tener, una vez levantado el grano, alimento para los animales en parición, de abril, mayo y junio”, explica.

Como otro índice de eficiencia el productor comenta que en la actualidad trabaja con una carga de unos 3.5/4 animales por hectárea en el campo de Ranchos y en San Miguel del Monte, y en la búsqueda y desarrollo de nuevas alternativas de producción este año agregó la actividad agrícola con la siembra de maíz y soja para grano.

La moto, un cable a tierra

Pero no todo es trabajo en la vida de Jáuregui Lorda. Cada vez que puede, el empresario se sube a su moto y junto a un grupo de amigos sale a recorrer las rutas argentinas. “Tengo un plan de recorrer la Argentina y más específicamente lugares como la ruta 40. Básicamente es para mí un cable a tierra. Entre los lugares más distantes que visitamos puedo mencionar Posadas, Misiones; Purmamarca en Jujuy, y Esquel en la provincia de Chubut, a los pies de la Cordillera. También llegué a Chaitén que es una comuna de la zona sur de Chile ubicada en la provincia de Palena, Región de Los Lagos, regresando a Argentina por el paso internacional de Río Futaleufú. Son salidas de 10 a 12 días, con una frecuencia de 2 a 3 viajes por año”, detalla.

Fuente: Clarín


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