El entrevistado explica con qué parámetros se trabaja para seleccionar a los animales con más alto potencial de producción y las tecnologías disponibles para tal fin. Publicó Diario La Nación.
Martín Usandizaga, un veterano productor de leche de Brandsen, tiene que reemplazar el 15% de sus vacas porque ya cumplieron su ciclo en el tambo. Durante muchos años, eligió la reposición con vaquillonas teniendo en cuenta principalmente características visuales compatibles con alta producción. En algunos casos hubo relación entre los animales elegidos y los resultados en el tanque de leche y en otros no.
Entonces, hoy Usandisaga quiere trabajar con otros parámetros más objetivos para la próxima selección. Afortunadamente, en 2022 cuenta con otras herramientas para llevar adelante ese proceso. Básicamente hay cuatro tecnologías que puede emplear. Puede continuar eligiendo sus futuros vientres por características visuales –según el fenotipo, de acuerdo a la terminología zootécnica- o puede complementarla con los aspectos genotípicos, que incluyen pruebas de progenie, índice genético y pruebas genómicas, que consideran las características asociadas a la producción.
Indicadores visuales
La elección por fenotipo se puede concretar teniendo en cuenta tres puntos centrales en las vaquillonas: grupa, fortaleza y capacidad, patas y pezuñas. Elegir bien por estas características da grandes posibilidades de contar con una vaca longeva. Estos son los rasgos más importantes teniendo en cuenta la conformación del animal.
En la grupa, es importante una amplia separación de isquiones. Esta característica permite tener pocas dificultades a la hora del parto y también tiene correlación positiva con todo el tren posterior permitiendo que la ubre posea más capacidad de almacenar leche. Asimismo, es conveniente que los isquiones estén por debajo de la punta de la cadera.
Por otro lado, es importante elegir animales que muestren fortaleza y capacidad. Estas condiciones se consiguen con amplitud de pecho -por ejemplo, de 15 a 21cm en animales jóvenes, medidos en la base del pecho- lo que asegura buena capacidad pulmonar. También es necesario contar con costillas profundas, bien separadas, arqueadas hacia atrás indicando angularidad en todo el cuerpo de la vaquillona.
En las patas y pezuñas se consideran varias características: ángulo de la pezuña, la pata vista de costado, la pata vista de atrás y la locomoción. La característica de mayor incidencia es la locomoción, que indica cómo se desplaza una vaquillona y su caracterización sirve tanto para animales estabulados como para los que están sujetos a manejo pastoril.
Aspectos genotípicos
La evaluación visual no considera la productividad de leche que tendrá el sistema mamario de la vaquillona. Ese carácter se puede evaluar con las pruebas de progenie del padre, que permiten anticipar si la ubre de la vaquillona será de alto, mediano o bajo potencial y estimar su producción de leche. Este instrumento también permite conocer de antemano otros rasgos productivos deseables en la hembra que se incorporará al rodeo, como fertilidad, salud, etc.
La utilización de esta herramienta -que no es muy familiar para muchos tamberos- es muy sencilla. Las pruebas de progenie figuran en el catálogo del toro que se utilizará para inseminar a las vaquillonas. En ese “DNI” del padre potencial se considera la información de producción de sus hijas, lo que permite elegir las de mejor comportamiento en fertilidad, producción de leche, salud, etc.
Pero hay más herramientas. Se puede trabajar con un Índice Genético, que incluye información del padre y del abuelo materno de la vaquillona, que permite predecir la evolución o involución del rodeo en diferentes indicadores.
Este programa le brinda al productor, en forma gráfica, cómo es su rodeo genéticamente qué virtudes y defectos tiene, y cómo ha ido evolucionando a lo largo de las generaciones. Una vez hecho este análisis, permite saber qué toros pueden ser utilizados masivamente en el rodeo y cuáles no, a fines de mantener bajos niveles de consanguinidad. También posibilita saber cuáles son los animales superiores e inferiores para cada índice que el productor quiera trabajar en su propio tambo.
La cuarta herramienta que podría incorporar Usandizaga son las pruebas genómicas. Esta tecnología es la forma más precisa para elegir los animales por incorporar a un rodeo. Permite conocer el ADN de cada vaquillona, lo que posibilita predecir cómo será cuando esté en producción. Muestra los rasgos positivos y negativos de cada animal de manera temprana, lo que permite descartar las de peor comportamiento potencial y quedarse con las que tienen características que interesan para el planteo productivo de ese tambo.
Las pruebas genómicas se pueden contratar con las empresas que ofrecen el servicio, como por ejemplo Zoetis. Conviene realizarlas al nacimiento de las terneras o a los 10-15 días, para seleccionar y quedarse con las mejores de manera temprana. Esas hembras pueden recibir semen superior, y el resto, ser fecundadas con otro tipo de toros o proceder a descartarlas directamente.
Los datos que dan las pruebas genómicas son semejantes a los del catálogo de los toros, pero con la enorme ventaja de tener la información de manera muy temprana. Hasta aquí, la descripción conceptual de las herramientas de mejoramiento genético disponibles. Son técnicas probadas de gran difusión en otros países líderes en producción lechera.
Los tamberos argentinos tienen la oportunidad de seguir la tradición de elección visual, pero complementada con otras herramientas objetivas de selección, que le permitirán mejorar la producción de manera rentable y sustentable con un costo de incorporación muy razonable, medido en litros de producto y en el tiempo que el productor deberá dedicarle.
Fuente: Diario La Nación
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