Mandó un CV a una escuela platense, la llamaron y la terminaron discriminando por una discapacidad

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«Les quiero contar que fui discriminada por ser renga, otra vez el sistema educativo escupe en mi cara«, escribió Ayelén Cabrera, una profesora de Letras que está a cuatro materias de recibirse en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y da clases formalmente desde 2014 en distintas escuelas de la región.

El relato que plasmó en su cuenta personal de Facebook está marcado por la indignación, y narra el crudo y vejatorio momento que vivió en el colegio Universitas de nuestra ciudad. Al haberse quedado sin horas en el sistema público y con el listado 108 b -que reúne a aquellos docentes con experiencia pero que aún no poseen título oficial- todavía cerrado, Cabrera decidió probar suerte en en escuelas de gestión privada.

«Universitas me dio el ok y me llamó, me ofreció dos cursos y les encantaba mi cv«, continuó la joven. Según pudo saber 0221.com.ar, la institución la había convocado a una cita presencial tanto vía telefónica como mail, pero cuando finalmente estuvo cara a cara con las autoridades, la buena predisposición cambió. «Al verme no sabían qué decirme, yo saludé y sentí su incomodidad, cosa que pasa siempre», subrayó la docente. Y remató: «Una secretaria me miro fijo y pronunció ‘no va a poder ser'».

Cabrera, indignada, preguntó por qué. La situación le parecía injusta, ya que previamente habían elogiado su vasta experiencia y sus estudios. «Tenía todo en orden, el CUIL, el DNI, me daban los horarios y el porcentaje», pero aun así continuaban dándole una negativa. «Llamaron a la secretaria, a la otra directora, a la representante legal y me metieron en un despacho con ellas. Me decían que eran inclusivas pero que no podían aceptarme. Me recordó que en otras escuelas publicas también me pasó, y tuve que pelear», rememoró la docente, que aun pese a esas adversidades había logrado dar clases en establecimientos de gestión estatal.

«Me humillaron con la excusa de no poder bajar el curso, de no poder arreglar el ascensor; con excusas de que los alumnos también tienen derechos y no van a querer bajar a planta baja, que si ellos se amotinan en el salón no podés dar la clase. Qué no podían hacer nada, pero eran inclusivas«, escribió la joven, indignada por las insólitas respuestas que se basaban en que el aula está en un tercer piso y el ascensor no funciona desde el año pasado. Luego expuso otro repudiable pedido de las autoridades del Universitas: «Para la próxima poné en el cv que tenés una discapacidad, así nos ahorramos esto, porque nosotras seguro te íbamos a llamar, porque somos inclusivas», cuenta que le dijeron.

«Estudié tanto pero tanto al pedo, porque mi pierna resalta más que mis capacidades intelectuales«, cuestionó, y destacó que aún «al ser pobre, sola, mujer y discapacitada estoy a cuatro materias de recibirme de la carrera más larga de la historia, y a pesar de todo amo la literatura y enseñar. El mundo es mega injusto con lxs trans, con lxs discas, con lxs negros, con los caídos del catre. Son cosas que pienso siempre pero que disfrazo de ironía, chistes, y sigo adelante. Por eso ya lloré, ahora planeo mi justicia», finalizó el post.

Más allá de la bronca del momento y la exposición en las redes sociales, la damnificada pretende tener una instancia de diálogo con el colegio, ubicado en calle 54 entre 6 y 7, bajo una simple premisa: «sigo siendo una disca con derechos». Tras la denuncia, este medio se comunicó con Universitas para conocer su postura en torno al hecho, pero prefirieron no brindar información al respecto. 

Por: Mariana Sidoti

Fuente; 0221.com.ar


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