Una vecina se refirió a la crítica situación que se vive en Altamirano; también reclamó por la falta de iluminación y la posible reducción del servicio de colectivo.
Camila Mulder, vecina de Altamirano, relató la dura realidad que enfrenta la localidad, ubicada a solo 25 kilómetros de Brandsen y a 90 de la Ciudad de Buenos Aires. Desde hace más de dos meses, el pueblo sufre una grave falta de agua, lo que ha afectado de manera significativa a los residentes, quienes sobreviven gracias a la solidaridad entre vecinos. Las declaraciones las realizó en el programa Grassi.com de Estación Radio 90.7
Mulder explicó que las fluctuaciones en el suministro de agua son constantes y que, en muchas ocasiones, pasan días enteros sin una gota. «Sobrevivimos a base de pedir a los vecinos que tienen bomba», afirmó, destacando que incluso algunos recurren a juntar agua de lluvia para tareas cotidianas. Además, ya no reciben agua por parte de las autoridades: «Hace bastante que no reparten agua, ni siquiera para lavar o higienizar».
La situación ha afectado la vida diaria, obligando a suspender clases en algunas ocasiones debido a la falta de este recurso esencial. «Hay chicos que no pueden ir a clases porque no hay agua», denunció Mulder, subrayando el impacto en la educación local.
Al ser consultada sobre la falta de acción, Mulder expresó que el delegado local ha desviado la responsabilidad hacia la cooperativa de agua, sin ofrecer soluciones concretas. La comunidad sabe que se han realizado perforaciones para nuevos pozos, pero los resultados no han sido alentadores: «El primero salió con agua salada y el segundo con arsénico, no es potable».
A pesar de las reuniones con el intendente en febrero y marzo, las promesas de garantizar el acceso al agua todavía están pendientes: «No hay nada, seguimos sin agua». La desesperación ha llevado a muchos a buscar alternativas, comprando bombas y reactivando pozos propios, aunque no todos tienen la posibilidad económica de hacerlo.
Preocupa la posibilidad de menos servicios de transporte de micros
Otro problema que preocupa a los vecinos es la reducción de los servicios de transporte público. Si se concretan cambios en los subsidios, algunos recorridos de micro podrían desaparecer. «Ya los sábados sacaron uno y de lunes a viernes habrá cinco servicios, más o menos», detalló Mulder. La reducción afectaría principalmente a los estudiantes y trabajadores que dependen de esos horarios limitados para llegar a sus destinos. «Nos cortarían la posibilidad de avanzar», lamentó.
En cuanto a otros servicios básicos, Mulder mencionó que la falta de iluminación también es un problema grave en algunas zonas del pueblo. «Hay manzanas enteras sin iluminar hace 10 meses», indicó, lo que genera preocupación por la seguridad en un pueblo que, aunque tranquilo, se vuelve peligroso al caer la noche. Mulder valoró el espacio para visibilizar los problemas de Altamirano, un pueblo que, según sus palabras, parece «abandonado».
En nota separada en Infobrandsen, el Vicepresidente de la Cooperativa de Jeppener, Diego Mastrolorenzo, respondió a los vecinos de Altamirano.
LA ENTREVISTA COMPLETA:
¿QUÉ RESPONDIÓ LA COOPERATIVA DE JEPPENER?
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