Brandsen está a setenta kilómetros de Buenos Aires. Hoy tiene unos veinte mil habitantes. Uno de los que la puso en el mapa fue un jovencito que viajaba de “colado” (o sea sin abonar el viaje) todos los días en tren –hace ya muchos años-, acunando un sueño de campeón. Ida y vuelta, todos los días, hasta el destino final, el gimnasio del Luna Park. Nacido en Fighiera, Santa Fe, pero aferrado a su barrio Las Mandarinas, en Brandsen, el chico fue creciendo y cumplió su meta: ser campeón mundial de boxeo. Mejor dicho, lo fue tres veces. Y mientras tanto, su pequeña casita fue creciendo y creciendo. Como su familia: su esposa, dos hijos. Hoy, ya un poco más veterano, no boxea, pero entrena a boxeadores. Y boxeadoras, claro.
Cuando no hace mucho, una jovencita de un barrio vecino, el República, fue a verlo, surgió de inmediato una química especial. La jovencita se llama María Sol Baumstarh, así que es más fácil ubicarla por su seudónimo, “La Picante”. Aunque luego de largas búsquedas en internet, llegamos a la conclusión que su apellido es el único que aparece escrito con “h” final, y que en alemán significa “Árbol-estrella”.
En cambio uno muy similar -Baumstark, con “k” final- que significa “Fuerte como un árbol”, aparece todo el tiempo. Seguramente alguien lo anotó mal, como les ocurrió a muchos inmigrantes cuando llegaron a nuestro país, y así quedó hasta hoy con la “h” final en lugar de la “k”.
Sea como sea, lo seguro es que María Sol, “La Picante”, también está dispuesta a poner a Brandsen en el mapa. De hecho ya fue recibida por el intendente de Brandsen, Daniel Cappelletti. Y no es para menos. De la mano de su actual técnico, a quien todos en la zona conocen como “El Juan” y que en el mundo del boxeo es sencillamente “Látigo”, hizo su debut en el Luna Park, mostrándose como es. Picante y arisca, metiendo manos justas y sólidas.
Ganó por nocaut técnico en el primero, la noche del primero de julio, ante Sofía Daiana Méndez, una salteña que no logró detener el picante vendaval de Baumstarh. Hoy es ella la protagonista de esta historia, breve y cargada de sueños de campeonato y de Luna lleno. “Empecé cuando tenía ocho años en el gimnasio de mi papá, Don Ricardo, que fue director técnico de boxeo; tengo 25 años y debuté como amateur a los 16, de la mano de mi papá”, recuerda.
“Hice como 25 peleas y después me pasé al profesionalismo, pero no me fue muy bien, porque en las primeras fueron más las que perdí que las que gané: 5. Entonces un día tomé una decisión dolorosa, pero inevitable –aclara-, porque tenía que hacer un cambio. Y entonces fui a a entrenar con Juan, con Látigo o con Coggi, como quieras llamarlo, ¡Ja!”. Juan Martín “Látigo” Coggi, el mismo que fue tres veces campeón mundial welter junior AMB, nunca está solo. Con él no solamente está su esposa, Alicia, sino sus hijos, Martín, “El Principito”, ex boxeador y hoy comentarista de televisión, modelo y un poco más y Yésica, la misma que alguna vez boxeó, que hoy es promotora y también dirige y asesora a su padre en la carrera de los boxeadores de Látigo Box.
“De alguna manera, pasé a ser parte de esa familia y creo que ahora las cosas son muy distintitas”, cuenta Sol, también conocida como “La Picante”. “Claro que no fue fácil, porque mi papá no lo tomó demasiado bien, lógicamente, pero se trata de mi carrera, estaba necesitando quien me manejara mejor en los entrenamientos pero también en la parte profesional”, afirma. “Con mi papá, don Ricardo, que ya cumplió 80, he vivido toda mi vida o casi porque está separado de mi mamá, Rosana Fillol, y no fue nada sencillo tomar la decisión, pero bueno, los resultados están a la vista”.
Sol tiene ahora 8 peleas ganadas con 6 antes del límite, 6 perdidas y un empate. “En mis primeros combates fue todo al revés, porque hasta la novena, mis números eran de 2 ganadas solamente, 6 derrotas y una empatada. Será porque al comienzo debí aceptar combates desiguales con boxeadoras mucho más experimentadas como Celeste Alaniz, por ejemplo. Y encima en categoría mosca, hasta que bajé a minimosca y le gané por nocaut técnico a Andrea “La Cobrita” Sánchez en 2 rounds; ahí me di cuenta de que esa era la categoría verdadera para mí. Con Coggi gané en confianza en el gimnasio y con Yésica logré otra proyección, porque ahora estoy trabajando con O. R. Promotions, lo que me liga a Georgina Rivero y sé que se abren muchas otras puertas, incluyendo la del Luna Park, ni más ni menos”.
Fue justamente en su última pelea, el 1ro de julio de este año, cuando le ganó por nocaut técnico en el primer asalto a Sofía Daiana Méndez, con “Látigo” Coggi en la esquina junto a Ariel Castillo, de Junín, su actual preparador físico. Esta noche, festejaron los Coggi, y también don Ricardo, que estuvo en el ring side viendo el desempeño de su hija. Y nada más ni nada menos que en el Luna Park. Es campeona sudamericana minimosca, título que estaba vacante y que logró en Cutral-Có, Neuquén, por KOT en 7 asaltos frente a Romina Sosa, el 4 de marzo de 2022.
Está clasificada número uno en el ranking de la Federación Argentina de Box, siendo la campeona argentina Aldana Florencia López (8-0-0) y en tercer lugar, la varias veces campeona mundial Yésica “Tuti” Bopp (37-3-0, 17 KO). Da clases en el mismo gimnasio en donde empezó su historia, el de su padre, una forma también de ganar unos pesos, porque ya se sabe que el boxeo femenino no es demasiado rentable. Está en pareja desde hace cuatro años con Adrián Basualdo, quien la bautizó “La Picante”, apodo con el que debutó en el Luna Park.
“Los Coggi me tratan como de la familia, incluso tienen alojados a cuatro chicos que también quieren llegar a algo. Me parece un sueño, yo empecé en esto viendo a figuras como “La Tigresa” (Marcela Acuña) o la “Tuti” (Yésica Bopp), me volvía loca mirándolas. De la misma manera que me devoraba los videos de Mike Tyson, que tira los golpes cortos y combinados, acompañando con todo el torso, como me enseña Coggi. Todos me dicen que esa fue la escuela de Don Santos (Zacarías) el técnico de Coggi, Sergio Víctor Palma y tantos otros y eso es algo que no siempre puedo explicar… ¡Es emocionante!”, dice y ríe, porque se ríe con una risa franca y compradora.
Espera tener una nueva pelea en octubre, dice que sueña con compromisos grandes. Como la mexicana Nery Plata – vencedora de Yésica Bopp en fallo a contramano en Panamá, 2022-, super campeona WBA y titular del WBC en la categoría de las 108 libras (48,998 Kg.), Evelin Bermúdez, campeona IBF y WBO con 18-1-1, 6 KO o Kim Clavel, la canadiense, campeona Interina WBC con 17 (3)-1,0, quien se medirá en Canadá con Bermúdez el 7 de octubre. ¿Es demasiado? Por ahora su deber es entrenar, aprender, crecer y saber esperar. Por todo eso entrena doble turno y espera retomar sus clases de inglés. “Para poder comunicarme cuando tenga que pelear afuera, cosa que espero mucho, aunque sin demasiado apuro: hay tiempo de crecer y superarme”. Y agrega: “Me apoyan la gente de Corti Sport, la Clínica de Brandsen, Nuevos Sanatorios, o el Sky Gym de La Plata, y por sobre todas las cosas, me acompañan mis sueños y esta sensación tan fuerte de haber salido de perdedora, de estar encontrándome conmigo misma, ¿Qué más puedo decir? Que estoy feliz”.
Sí, se te nota, piba, como decimos en Argentina. Se te nota en la sonrisa, en la forma en que subiste al ring del Luna pidiendo pista, se te nota. Sos feliz y el boxeo femenino seguramente también lo está, porque como a toda buena receta, le estaba haciendo falta algo bien Picante.
FUENTE: Sol Baumstarh: mejor decirle Picante – ESPN
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