Por el hecho ocurrido en 2019, en el que murieron cuatro jóvenes, las penas recayeron sobre Rubén García, Leonardo Ecilapé, Manuel Monreal y Mariano Ibáñez. Los dos primeros recibirán prisión perpetua, mientras los dos restantes entre 18 y 25 años.

Un jurado popular declaró culpables a cuatro policías por haber provocado lo que se denominó la «Masacre de San Miguel del Monte», en la que murieron cuatro jóvenes que chocaron con un auto cuando eran perseguidos a los tiros en mayo del 2019.

Tras más de ocho horas de deliberación, los policías Rubén García y Leonardo Ecilapé fueron considerados por unanimidad de los 12 jurados populares coautores del delito de «homicidio agravado por el abuso de la función policial y por ser cometido mediante el empleo de arma de fuego» en perjuicio de Danilo Sansone (13), Camila López (13), Gonzalo Domínguez (14) y Aníbal Suárez (22), por lo que recibirán como pena la prisión perpetua.

En tanto, por mayoría de 10 de los miembros del jurado, los policías Manuel Monreal y Mariano Ibáñez fueron declarados culpables del delito de «tentativa de homicidio agravado por el abuso de la función policial y por ser cometido mediante el empleo de arma de fuego» de las mismas víctimas, que prevé una pena de entre 18 y 25 años de prisión.

Además, los cuatro policías de la provincia de Buenos Aires fueron considerados culpables de la «tentativa de homicidio agravado por su condición de miembros de una fuerza de seguridad» de Rocío Quagliarello, la única sobreviviente de la masacre que tenía 13 años al momento del hecho.

En el cierre de la jornada, la jueza Carolina Crispiani, a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal 4 (TOC) de La Plata. indicó que la audiencia de cesura, donde comunicará las penas de los cuatro policías, se realizará el próximo 2 de junio, mientras que los fundamentos de la sentencia se conocerán una semana después.

Una jornada importante en el proceso judicial

La lectura del veredicto -que fue transmitida en directo por el canal de YouTube de la Suprema Corte de Justicia Bonaerense- comenzó pasadas las 21.45 en la Sala A de los tribunales platenses con las palabras de apertura de la jueza Carilona Crispiani, a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal 4 (TOC4) de La Plata.

La sala de audiencias estuvo colmada por decenas de familiares de las víctimas y por la sobreviviente Rocío, quienes escucharon con lágrimas en los ojos y celebraron con abrazos y gritos los veredictos condenatorios.

«Siento mucho orgullo por el jurado. Tenía mucha fe, creía en la Justicia y así fue», dijo a Télam Susana Ríos, la madre de Gonzalo Domínguez, una de las víctimas.

A su lado, y a los gritos en medio de la sala de audiencias, Hugo Suárez, tío de Aníbal Suárez aseguró que su sobrino «no era ningún asesino. La Policía lo asesinó».

Por su parte, el fiscal del juicio, Mariano Sibuet señaló a esta agencia que «las víctimas necesitaban este acto de reparación».

«Debería haberme pegado un tiro»

El excapitán de la policía bonaerense Rubén Alberto García, uno de los cuatro acusados, dijo hoy que al enterarse de las edades de las víctimas tendría que haberse pegado «un tiro en la cabeza», ya que es «un enamorado de los derechos humanos» y no un asesino.

«Cuando me entero de lo que pasó, cuando dan las edades (de los chicos fallecidos), yo tendría que haber agarrado mi pistola y pegarme un tiro en la cabeza. Me pregunté muchas veces para qué mierda me metí en la policía», dijo García al declarar como acusado ante los 12 miembros del jurado popular y la presidenta del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de La Plata, Carolina Crispiani, quien moderaba el debate.

Además, el excapitán dijo conocer a una de las víctimas, Danilo Sansone, a quien veía pasar todos los días frente a su casa: «La familia Sansone es una familia laburante. No había maldad, no sabíamos quién iba en el auto, pero teníamos que parar. No soy ningún asesino. Soy enamorado de los derechos humanos. No lo hice queriendo. Si este chico Aníbal (Suárez (22), el conductor del auto) hubiera frenado, te juro que ni le saco el auto. No sé si alguna vez intentaron cobrarle una coima o qué. Yo no lo conocía. No tengo nada que ocultar».

Durante su declaración, el policía recordó que todo comenzó cuando quiso identificar al auto Fiat 147 en el que iban los jóvenes porque vio «un chico con gorra» y, al ver que no se detenía, disparó porque pensó que le «iban a tirar».

Ante la mirada de los familiares de las víctimas, García contextualizó el hecho diciendo que le «exigían identificar gente todas las noches» y que San Miguel del Monte «no era un pueblo tranquilo como dicen».

«No podíamos estar parados en una estación de servicio porque nos sacaban una foto diciendo que no hacíamos nada. Nos bajaban la orden y yo cumplo órdenes, siempre seguí las instrucciones del jefe. Los barrios Montemar y Los Pinos tenían muchos hechos de inseguridad», describió el excapitán, sujetando con su mano derecha sus anteojos de marco negro, mientras continuaba: «Nunca tuve nada raro en mi historial, no tengo antecedentes de nada; nunca estuve en un juicio oral. Nosotros nunca quisimos matar a nadie. Yo no quise matar a nadie».

Fuente: Télam e InfoCielo


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