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El hecho ocurrió en agosto de 2017. El acusado era amigo de una de las víctimas. Estuvo detenido casi 5 años, pero quedó en libertad.
Un tribunal de La Plata dictó por unanimidad la absolución de Alberto Ismael Padrón, quien estuvo casi 5 años detenido con prisión preventiva acusado del femicidio de María Luisa Legarreta (80) y su hija Fernanda Fiordelli (45), asesinadas el 9 de agosto de 2017 en la vecina localidad de Brandsen; según se desprende de la resolución judicial a la que accedió 0221.com.ar. Tras analizar todas las pruebas del expediente y los testimonios recibidos en el juicio oral, el Tribunal Oral Criminal III de La Plata entendió que el acusado fue ajeno al hecho, dictó su absolución y ordenó su «inmediata» libertad. Estaba alojado en la Unidad Penitenciaria 1 de la localidad platense de Lisandro Olmos.
Según surge de la resolución judicial las pericias no encontraron rastros del acusado en la escena del crimen. Tampoco hallaron evidencias en los objetos secuestrados tras el allanamiento en la casa de Padrón quien fue defendido por el abogado platense Marcelo Di Siervi.
El defensor sostuvo la inocencia de su asistido desde que tomó el caso. Hizo varias presentaciones en ese sentido en varias etapas del proceso y finalmente tres jueces le dieron la razón de manera unánime.
Con esta resolución el caso vuelve a foja cero. El sobreseimiento, sin embargo, es una resolución de primera instancia que puede ser apelada por el Ministerio Público Fiscal y los abogados que representaron a la familia de las víctimas en su rol de particular damnificado.
La acusación sostuvo en su alegato que el móvil del crimen fue una deuda en dólares que el acusado, quien trabajaba como chofer de camiones en La Plata, tenía con su amiga Fiordelli. La mujer le había facilitado unos 4.000 dólares para la compra de un vehículo, pero esa deuda estaba siendo amortizada mensualmente por el acusado, según se estableció en la resolución que lleva la firma de los jueces Andrés Vitali, Ernesto Domenech y Juan Carlos Bruni.
Las víctimas fueron degolladas en su casa de la esquina de la Ruta 215 y Rivadavia, a pocas cuadras de la casa de Padrón. No se encontró ningún cajón revuelto. En la escena del crimen había más de 3.000 pesos, 100 dólares y un teléfono celular entre otros elementos de valor.
Los jueces dejaron en claro que no se agotaron otras vías de investigación, como la mala relación entre la víctima y otra mujer quienes eran protagonistas de un “triángulo amoroso” con un constructor de la zona. Esa hipótesis parece tomar cuerpo a la luz de las evidencias que se debatieron en el juicio.
Fuente: 0221
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