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Semanario Tribuna 19-02-2022
A casi 8 años exactos del conmocionante crimen de Enrique Fortuna y tras un largo tiempo de quietud, finalmente la justicia determinó que el viernes 4 de marzo será la primera audiencia premilinar para empezar a arrojar algo de luz a un caso que tuvo a parte de la Ciudad conmovida, en especial a la familia de Enrique.
Será una audiencia en la que las partes comenzarán a prestar testimonio en este caso y que tendrá, del lado de los querellantes, la presencia de los hermanos de Fortuna, Rita y Alberto -aún no está confirmada la presencia de Angel-, junto a su abogado, Ezequiel Funes, y del otro lado, al principal acusado junto a su letrado.
El fiscal de la causa será el otrora fiscal de la UFI local Mariano Sibuet y será en el Tribunal Oral 2 bajo la modalidad de juicio por jurado; esto implica que el debate oral se desarrollará con un jurado popular que presenciará el debate y será el encargado de emitir los veredictos de inocencia o culpabilidad.
Según la definición, una audiencia preliminar es un acto procesal del proceso penal acusatorio mediante el cual se realiza el control de la etapa de investigación, conducida por el Ministerio Público; el contenido de esta audiencia es el debate sobre los hechos del proceso y sobre la viabilidad de la acusación.
El hecho
Enrique Leandro Fortuna tenía 55 años, era soltero y tenía cuatro hermanos (dos son mujeres). Trabajaba en la concesionaria Simone desde hacía unos 40 años.
Amigos de la víctima contaron que todos los domingos el hombre tenía como rutina ir a almorzar a la casa de su hermana. Luego, por las tardes, solía salir a andar en bicicleta.
Ese domingo 23 de marzo, según habían contado algunas fuentes cercanas consultadas, no quiso ir a almorzar porque se quedó fumigando su casa. “A la tarde lo llamó uno de sus hermanos para salir a andar en bicicleta, pero él no quiso ir porque iban a volver muy tarde”, explicaron.
Según pudieron determinar fuentes del caso, el domingo por la tarde al menos un asaltante entró a la casa de Fortuna -ubicada en República Oriental del Uruguay y Máximo Paz- sin forzar ninguna puerta ni ventana. Allí sorprendió a la víctima.
“El asesino llegó desarmado. Tomó un cuchillo de la cocina y atacó a Fortuna. La víctima tenía cortes en un brazo y en las manos porque intentó protegerse. También tenía heridas provocadas por un hacha, en la cabeza”, contó en su momento un perito policial al diario Clarín.
Lo que se supo es que Fortuna luchó por su vida; el examen preliminar sobre su cuerpo arrojó múltiples lesiones de defensa en sus manos y muñecas.
Enrique presentaba cortes en el cuello y una lesión en el cráneo, que habría sido producida por un hacha, que se encontró al lado del cadáver.
Los investigadores dicen que el asesino no robó nada, ya que la billetera de la víctima quedó arriba de una mesa de luz en el dormitorio. Tampoco faltaba ningún electrodoméstico.
La Bonaerense había realizado al día siguiente del asesinato cuatro allanamientos para encontrar al asesino. Uno de ellos, en la casa de un familiar de la víctima que tiene antecedentes penales. Allí los peritos secuestraron un par de zapatillas para cotejar con huellas halladas en la escena del crimen.
La familia declaró ante los investigadores de la sub DDI local que el año pasado Fortuna ya había sido víctima de ladrones, que entraron a su casa cuando él estaba trabajando y le robaron 4.000 pesos que tenía guardados.
“Esperamos mucho este momento”
Para conocer las sensaciones de cara a esta nueva etapa en la búsqueda del esclarecimiento del sangriento crimen de su hermano, TRIBUNA dialogó con Rita Fortuna, quien desde el primer momento se encontró esperanzada por esta instancia que está por suceder.
“Esperamos mucho este momento; fueron 8 años de mucho sufrimiento y la verdad que es mucho. Entendemos que la pandemia demoró todo, pero la verdad que se hace difícil sobrellevar tanto dolor”, comenzó diciendo la vecina del barrio La Dolly.
No dudó Rita en afirmar que tienen “muchísimas expectativas porque pasamos 8 años de mucho dolor. Está la familia de por medio y es duro pasar todo este tiempo sin saber nada”, dijo.
“Ojala se sepa la verdad; la que sea, pero que se termine todo este calvario. Vivir así es muy difícil y muy injusto. Fueron muchos años que se acusó a una persona y puede resultar inocente; pero si no lo es, el lugar donde tiene que estar no es en su casa”, afirmó al tiempo que se quejó porque “la justicia fue demasiado lenta en este caso”, finalizó.
Semanario Tribuna 19-02-2022
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