El Museo de Informática de Argentina, en riesgo de cerrar sus puertas, recibe donaciones y pone en venta parte de su patrimonio

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Al museo le resulta imposible afrontar los “gastos imprevistos” que conlleva la habilitación exigida por el gobierno porteño. «Decidimos jugar la última carta y no nos queda más solución que empezar a vender patrimonio», explicó su director.

El Museo de Informática de Argentina corre el riesgo de cerrar sus puertas en la Ciudad de Buenos Aires por la falta de respuesta del gobierno porteño al trámite de habilitación. La imposibilidad de afrontar los “gastos imprevistos” que ello conlleva, condujo a la institución a anunciar la venta de parte de su valioso patrimonio y la necesidad de recibir donaciones.

“Decidimos jugar la última carta y no nos queda más solución que empezar a vender patrimonio del museo, y lo primero que vamos a vender es a Clementina (una réplica de la primera computadora para fines científicos que llegó al país) que es lo más valioso que tenemos”, anunció Carlos Chiodini, co-fundador del Museo de Informática, en un video publicado en Instagram el domingo pasado.

Fundado en 2010 por Chiodini y Alicia Murchio, el museo funciona como parte de una fundación y llegó a reunir más de 30.000 piezas, además de exposiciones educativas e interactivas, y se posiciona entre los mejores de su tipo junto a los de Estados Unidos, Alemania, España e Inglaterra.

“En marzo nos encontramos con la novedad de que se nos había quitado la habilitación en diciembre pasado, es decir que enero y febrero trabajamos sin tener la habilitación. Me tendrían que haber informado por los trámites a distancia y no fue así, entonces se me dio de baja el museo”, explicó Chiodini a Télam.



El director tomó conocimiento del tema cuando se presentó “para unos proyectos de mecenazgo” y “lo rechazaron por no tener habilitación”, así que le recomendaron que “lo mejor que podía hacer era habilitarlo como centro cultural”.

“Empezamos a hacer los trámites, contratamos al mismo gestor que nos recomiendan dentro del mismo AGC (Agencia Gubernamental de Control) y pagamos todas las tasas, pero en agosto el gestor nos dice que no puede seguir adelante con la habilitación porque hay unas trabas por el edificio y otras cosas que todavía no entendemos”, explicó Chiodini.

Enfatizó que “trataron de comunicarse con alguien y no los atendieron”, por lo cual decidieron hacer el reclamo público en redes sociales y con una nota que explicaba los motivos del cierre titulada “Adiós al Museo”.

A raíz del reclamo que tomó dimensión pública, el Museo logró conseguir dos reuniones con autoridades del gobierno porteño, entre ellos Enrique Avogadro, ministro de Cultura porteño, a quienes agradeció por “haberlos atendido muy bien”.

Sin embargo, Chiodini señaló que aún no pudieron conseguir la habilitación.

“Nosotros pensábamos que nos iban a decir qué tenemos que cumplir o qué no se está cumpliendo, para empezar con los trámites y que después todo siga para adelante. Pero muy por el contrario se nos pasó a una reunión el jueves en la que nos dieron de baja el trámite que ya había sido dado de baja, que era el del museo, y el nuevo trámite de habilitación de centro cultural”, detalló.

Expresó que le indicaron empezar todos los trámites de nuevo: “Desde impacto ambiental, estudio de sonido, planos nuevos, y cosas bastante difíciles de entender”, en relación a una gran cantidad de requisitos para poder conseguir abrir nuevamente las puertas.

“Nos prometieron que nos iban a dar toda la lista de los trámites a hacer y al día de hoy todavía no recibimos nada, o sea que seguimos cerrados y sin posibilidad de hacer el trámite”, explicó el directivo al momento de la publicación de esta nota.

“Mi tema no es polìtico, mi tema es que el sistema de comunicaciones que tiene el gobierno de la Ciudad no está funcionando bien, porque si estuviese funcionando bien yo me hubiera enterado de todas estas cosas que están pasando porque yo soy el que paga los impuestos”, enfatizó.

Remarcó que “no solo tiene que estar solamente enterado el gestor”, y que se trata de un “mal manejo del sistema”: “Así que ahora estamos así y ni siquiera podemos empezar con los trámites porque no tenemos respuestas”.

Para “poder afrontar los gastos imprevistos del gobierno porteño”, el Museo abrió un sistema de donaciones abierto al público que servirá para afrontar el nuevo trámite, así como los “alquileres, servicios, estructura de exposiciones y restauraciones”. Se puede consultar en este link.

“Además de no estar pudiendo pagar el alquiler del lugar, tenemos que afrontar un nuevo gasto que según estimamos va a ser para hacer una nueva habilitación de este tipo de lugar entre 300.000 y 400.000 pesos”, detalló.

En el video, Chiodini detalló por qué al museo por sí solo se le dificulta conseguir dinero para afrontar estos gastos: “Cómo hacemos si solo cobramos 50 pesos de entrada, o ni siquiera cobramos como hacemos nosotros en muchos casos, teniendo una visita cada 45 minutos y pudiendo recibir a 7 personas por espacio por metraje, que es lo exige la ley”.

Chiodini agradeció las donaciones que ya recibieron y reiteró que están a la espera de una respuesta.

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