Pensar en una familia que llegaba de Europa, en este caso desde Suiza, conformada por padres y dos hijos, no sería más que repetir un hecho clásico en la historia de nuestro país.
Claro que en este caso hubo un sin fin de acontecimientos que fueron marcando la vida de Teodoro Herensperger. Teo pasó una etapa de su vida en Brandsen y aquí siguieron viviendo algunos de sus hijos con sus familias y es por eso que la historia nos toca de cerca.
Cuando los padres de Teo llegaron a la Argentina fueron directamente a encontrarse con el Cónsul de su país. Le pidieron quedarse en Buenos Aires en busca de un lugar preparado para que su madre fuera atendida correctamente porque además de Teo que tenía 3 años y su hermano, su mamá estaba embarazada. El Cónsul les dice que vayan directamente a Misiones, lugar que estaba pre establecido como residencia y que ahí estaban las condiciones dadas para el nacimiento sin problemas. Pero era campo, no había nada. En ese momento comienzan los malos recuerdos. En ese lugar de Misiones no estaban a la altura de las circunstancias y la mamá de Teo muere al tener familia cuando él tenía 3 años.
Una historia de vida cargada de hechos positivos y de los otros, pero éstos últimos nunca le hicieron bajar los brazos.
En su juventud había estado con su padre en Guaymallén y había conocido una chica que le impactó mucho pero nunca se lo dijo y cada uno siguió con su vida.
Viajó por trabajó por distintos lugares, tuvo hijos argentinos y también uruguayos, por haber residido varios años en el vecino país. Se casó dos veces y enviudó dos veces. Con su primera esposa tuvo los seis hijos.
Luego de quedarse sin sus compañeras en dos oportunidades, volvió a Mendoza y allí se encontró con aquel amor nunca declarado. Ambos se encontraron viudos y ambos comenzaron una vida en común. Teo nunca paró de desafiar la vida aunque le presentara varias batallas en el camino.
Fueron creciendo juntos como seguramente habían imaginado en silencio muchos años atrás y el avance del tiempo les fue poniendo más trabas que Teo también siguió superando.
Por la edad no le renovaron el carnet para conducir y su compañera decayó en salud. Tuvo que vender el auto pero se las ingenió para poder seguir paseando a ella y con ella.
Marcos Herensperger y Cintia Cabrera, hijo y nieta de Teo, describieron en Facebook su sentimiento
Marcos expresó “Mi padre Teodoro es un hombre de 85 años que se jubiló de tornero, pero siempre estuvo en actividad creando y haciendo cosas con un espíritu inquieto. Un Inmigrante Suizo que ante la imposibilidad de poder sacar el registro de conducir por su edad debió vender su auto. Eso no lo detuvo, por tal motivo armo un triciclo eléctrico muy simpático. Es admirable su pasión y su amor a seguir y no bajar los brazos. Su esposa no podría pedalear por cuestiones físicas por tal motivo pensó en esta alternativa. Hoy vive en Guaymallen Mendoza y ha esperado una tarde templada para hacer su viaje soñado inaugural”.
Cintia dijo en el mes de mayo “Ayer a la noche me llega un Wassap de mi abuelo de 85 años, mostrándome esto. Compro una bici triciclo, le soldó una butaca de Fiat 600, la mando a tapizar le puso luces, bocina y motor. Se está preparando para poder sacar a pasear a su esposa en verano. Porque ya no le dan más el registro.
Enseguida Me dieron unas ganas tremendas de retarlo por toda la fuerza que hizo. Pero después pensé ¡qué grande sos abuelo! Y cuanto tengo que aprender de vos. Ejemplo de amor, paciencia, voluntad, ganas y sobre todo aguante. Y que te voy a retar… Si así todo calladito y tranquilo nos enseñaste más de fuerza que nadie! Que bendecida soy en ser tu nieta. Legado Nancy Herensperger”
Había que seguir y lo que sigue es parte de una historia que Canal 7 de Mendoza presentó como “La historia de Teo y Ana, cuando el amor no entiende ni de edades ni de tiempos”
Julio Grassi
Comunidad InfoBrandsen
WhatsApp: 2223508499
Envianos un mail a: info@infobrandsen.com.ar
Seguinos en Instagram: InfoBrandsen
Seguinos en FaceBook: InfoBrandsen
Seguinos en Twitter: @InfoBrandsen
Comentarios Facebook