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Publicó Semanario Tribuna
A dos años de un doble asesinato brutal
“Una deuda de 5 mil dólares -que el asesino mantenía con Fiordelli- sería el detonante del doble crimen del viernes 10 de agosto del 2017 por la noche en la casa del barrio El Chañar. El responsable sería, Alberto Padrón, vecino de nuestro medio. Está detenido en la comisaría acusado por ser autor de “homicidio calificado con alevosía”. Para matarlas, habría usado un cuchillo de la casa que luego limpió y volvió a guardar. Al momento de la detención, Padrón no prestó resistencia alguna causando sorpresa en su mujer y sus hijas, una de las cuales rompió en llanto”.
Esa fue la información que brindamos en la edición del sábado 18 de agosto de dos años atrás. El doble crimen conmovió entonces por su alevosía.
EL HECHO
Los cuerpos de María Elisa Legarrreta y su hija Fernanda Fiordelli fueron encontrados el 10 de agosto del 2017 al mediodía en su casa, ubicada frente al Destacamento Caminero, en la intersección de las rutas 210 y 215. Y esa misma noche personal policial allanó la vivienda. No se descartaba ninguna hipótesis, la frase de siempre, aunque no había elementos que permitieran pensar en un homicidio seguido de suicidio porque no encontraron el arma criminal. No hay desorden en la casa ni rastros de robo.
ENCUENTRAN LOS CUERPOS
Estupor y conmoción causó el viernes 10 de agosto del 2019, pasado el mediodía, el llamado de una vecina dando cuenta de que en el domicilio de su tía, María Elisa Legarreta, ésta y su hija, Fernanda Fiordelli, estaban sin vida. La casa está ubicada en ruta 215 entre Segade y Rivadavia, contiguo a la ex agencia de Peugeot Esprit Pourtau y frente al Destacamento Caminero.
Constituido personal en el lugar, cerca de las 13, estableció efectivamente a las dos mujeres sin vida y no constatando, a simple vista, desorden ni indicios de ilícito alguno.
Por datos recogidos en el lugar, Fiordelli, que presuntamente vivía en ese lugar con su madre, Legarreta, habría llegado en un Peugeot 206 el miércoles a las 14 y nadie más habría vuelto a salir del domicilio desde entonces. “Un vecino de la casa dijo que le pareció raro que el auto permaneciera tanto tiempo fuera de la cochera”, dijeron fuentes consultadas, sobre todo porque Fernanda jamás lo dejaba afuera.
Realizado primer ingreso a la vivienda se constató el cuerpo sin vida de Legarreta, “quien se encuentra en living sobre una puerta de una de las habitaciones con manchas hemáticas en estado seco”, dice el parte oficial. Tenía signos de puntazos en el cuello, que habrían sido los que le provocaron la muerte.
Después, continúan describiendo, en el interior del baño hallaron a Fernanda Fiordelli con su cabeza apoyada en el borde de inodoro, “con una herida cortante debajo de la oreja derecha hacia el cuello con la observación que las manchas hemáticas son frescas”.
Lo que se dio por sentado es que no había en la casa ni desorden ni ningún rastro que permitiera deducir que allí hubo lucha o resistencia. Tampoco las puertas habían sido violentadas. Se presume, por eso, que el atacante aprovechó alguna puerta de los fondos sin cerrojo o que se trató de una persona que las moradoras conocían.
La imagen espeluznante obligó a los investigadores no descartar ninguna hipótesis. ¿Puede ser un homicidio seguido de suicidio? Todo es posible, pero el degüello no es frecuente como recurso suicida.
LAS MUERTES
Si bien aún restan las taras de los peritos para cotejar las muestras tomadas en la casa de Fiordelli, sorprende a los investigadores la ausencia de manchas de sangre en las paredes, habitual en heridas de arma blanca; “las huellas pueden tomar un tiempo en contrastarse, pero se sabe que Padrón usó un cuchillo de la casa de Fiordelli y tras usarlo para los crímenes, lo lavó y volvió a guardarlo”, agregaron.
Presumiblemente, la primera en morir fue Fiordelli, en el baño de la casa; luego, la madre, “que se ve que quiso interceder entre el atacante y su hija y corrió la misma suerte que ella”.
Nuevamente, el dato del tiro balanceado en el living, lugar donde permaneció el cuerpo de Legarreta, hizo que se sangre estuviera más seca que la de su hija, en el baño.
LA DETENCION
Todo hacía indicar que se estaba dando con el autor material de los crímenes; además, una entrevista con una de las personas con las que había hablado en última instancia Fernanda en la noche del lunes, cuando se cree que se cometió el hecho, daba cuenta de los movimientos que se esperaban hacer esa misma noche entre Padrón y Fiordelli.
“Según investigamos, esa noche Padrón debía ir a la casa de Fiordelli para firmarle un documento a partir del cual se comprometía a saldar el restante de la deuda en tiempo y forma”, agregó Sibuet.
Eso nunca ocurrió, pero en una de las mesas del living, cerca al cuerpo de María Elisa, había una serie de documentos que daban a entender que esa línea de investigación era la adecuada.
Con todos esos datos casi incontrastables, entonces, se dirigieron al domicilio de Padrón, que comparte con su mujer y sus dos hijas “y cuando llegamos, prácticamente se entregó y no opuso ninguna resistencia. Por experiencias, siempre, por más pequeño que sea el hecho a esclarecer, cuando entramos a las casas los delincuentes se ofenden, insultan… pero en el caso de Padrón eso nunca sucedió”, destacó Novelino.
En su casa, además, se encontró, para sorpresa hasta de su propia mujer, U$S 4.700, que serían los que Fiordelli estaba juntando para comprarse el auto; “la mujer no lo podía creer, lo insultó en todo momento y una de sus hijas rompió en un llanto”, dijo el efectivo.
¿Quiénes lo juzgarán?
A Alberto Padrón lo juzgará el Tribunal Oral Criminal N° 3. En nuestra Ciudad fue indagado en dos oportunidades por el fiscal Mariano Sibuet. Pero no aceptó declarar. Contó al comienzo con un abogado particular, pero como después dejó de patrocínarlo, se le asignó un defensor oficial.
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