Fuente Semanario Tribuna
El viejo cuento del tío se cobró otra víctima Dijeron tener secuestrado a su hijo y le robaron 15 mil dólares
Humberto Smaldini estaba pasando un sábado como cualquier otro; su familia lo había ido a visitar a su casa de San Martín entre Las Heras y Sáenz Peña y todo marchaba con normalidad; su hijo, Mariano, se había comunicado por teléfono para decirle que esa tarde no iba poder ir a visitarlo y a los pocos minutos otro llamado lo asustó.
Personas desconocidas le dijeron que tenían secuestrado a su hijo y que, para encontrarlo con vida debía depositar en un bolso, todo el dinero que tenía y dejarlo en la puerta; contra todas las recomendaciones, y preso de la desesperación, Humberto obedeció y dejó los 15.000 dólares en la puerta de su casa. Pero su hijo no estaba secuestrado y se llevaron el dinero. Humberto, vecino de 84 años, vive solo con una mujer que lo cuida y fue otra de las víctimas de la modalidad delictiva conocida como Cuento del Tío, una vieja treta que los celulares han ayudado a difundir.
“En otra oportunidad le había pasado que lo habían llamado diciendo que estaban con mi hermana en el banco y que iban a buscar un dinero para hacer un depósito, pero la señora que lo cuida se avivó y cortaron el llamado”, dijo a este medio Mariano, que vive en Buenos Aires.
El llamado fue cerca de las 18, “y cuando escuchó que me tenían secuestrado se desesperó. Hacía poco había vendido algo y como no quiso poner ese dinero en el banco, se le dio todo a los delincuentes”, agregó el hijo. Humberto, según dijo Mariano, “estuvo todo el fin de semana destruido, pero por suerte de a poco lo fuimos pudiendo calmar porque por lo menos no se metieron en su casa ni corrió riesgo su vida”. MAS CASOS
Lo llamativo, para Mariano, fue que “al comentar entre conocidos lo que había pasado nos fuimos enterando que son muchas las personas a las que llaman para engañarlas con este tipo de tretas”, según se enteró. “Esto está pasando mucho en Brandsen y hay que darlo a conocer para alertar a la gente y que no haya más víctimas”, expresó Mariano, quien agregó que ese mediodía los padres de un amigo también recibieron un llamado sospechoso y pocos días lo mismo le sucedió a un pariente. AL VOLEO
Es fácil caer en la tentación de pensar que los malvivientes tenían el dato de la reciente venta que había hecho Humberto; de todas formas, Mariano es cauto y cree que fue todo obra del azar más puro. “Les salió bien como les podría haber salido mal; si llamaban y yo estaba ahí quedaba como otra anécdota, pero justo se dio todo”, dijo, echando por tierra cualquier especulación que diera cuenta de algo pergeñado con antelación. La proximidad con la comisaría alentaba a que, tras la denuncia, se pudieran tomar cartas en el asunto de manera rápida, “pero nos comentaron que las cámaras que hay en la zona no funcionan así que no pudimos saber demasiado”, afirmó. “El dinero no se recupera más, pero por lo menos está bueno que toda la gente de Bransen sepa que esta clase de hechos son moneda corriente y que tome todas las precauciones necesarias”, finalizó Mariano, comprometido con la causa.
Un delito frecuente y lamentablemente exitoso que aún no tiene un claro encuadre en el Código Penal
El secuestro virtual en la Argentina -un cuento del tío particularmente cruel, usualmente apuntado a padres en plena noche que oyen las voces de sus supuestos hijos en un llamado a su línea fija, con delincuentes que buscan el poco botín disponible, sea efectivo, joyas o celulares– tiene un encuadre jurídico errático. Es decir, no se trata de una privación ilegítima de la libertad o un secuestro extorsivo, un delito federal, ya que la víctima secuestrada, físicamente, jamás existió. “Estafa” y “extorsión” suelen ser las calificaciones frecuentes. En el 2018, la senadora entrerriana Sigrid Kunath –parte del bloque del FPV– presentó un proyecto de ley para que el secuestro virtual sea reconocido y tipificado como un delito específico dentro del Código Penal con una enmienda al artículo 168. “Las penas del artículo precedente se aplicarán a quien por medio de cualquier tipo de comunicación simule haber sustraído, retenido u ocultado a una persona y obligue a otro a entregar, enviar, depositar o poner a su disposición o a la de un tercero, cosas, dinero o documentos que produzcan efectos jurídicos”, reza la enmienda al Código Penal propuesta por la senadora Kunath. ¿Existe inteligencia previa o el ataque es básicamente al voleo? El fiscal Horacio Azzolin, cabeza de la UFECI, la unidad del Ministerio Público dedicada a delitos cibernéticos, trabajó ampliamente con el problema. Azzolin apunta: “De acuerdo al relevamiento de casos que hicimos en su momento, las víctimas suelen ser elegidas al voleo. Cuando ves los movimientos del teléfono extorsionador ves que llamaron a un edificio entero. Son llamadas de pocos segundos. Los atienden y les cortan, hasta que ves un llamado largo en la lista y ese suele ser el contacto con la víctima. El hecho de que los llamados sean a teléfonos fijos, y que los agresores no sepan muchos datos de la víctima, da una pauta de que son al azar”. Se recomienda que los adultos mayores empleen teléfonos celulares en vez de líneas fijas.
Los delincuentes en sus conversaciones suelen citar la dirección de la casa a la cual llaman, algo fácilmente obtenible desde cualquier guía telefónica. La tendencia está levemente en baja, pero aún sigue siendo elevada. Hay en general un centenar de casos mensuales que son denunciados, entre Provincia CABA. Y lamentablemente la tendencia en el mercado del secuestro virtual es exitosa:
La mitad de esos casos reportados fueron consumados con un rescate cobrado. La estadística recolectada demuestra la facilidad de tomar un teléfono y engañar a alguien contra encañonar a una víctima y subirla a un vehículo para ir por el premio mayor.
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