Tomar el legado para mirar al futuro. Por Araceli Sívori

TOMAR EL LEGADO PARA MIRAR AL FUTURO

El lunes pasado concluyó la etapa formal. El lunes dejé de ser concejal y podría elegir despedirme con frases amistosas y agradecimientos varios.
Pero la realidad no nos permite descansar, y aunque ya no tenga una función oficial, tengo la obligación de expresar lo que me dictan mis convicciones.

No puedo hacer otra cosa, en estos momentos, que oponerme a la propuesta del Ejecutivo Nacional de recorte a los jubilados. Los mismos que vienen padeciendo políticas en su contra desde los 90´cuando gobernaban los socios de los que gobernaron ayer y los que gobiernan hoy. Y no puedo dejar de referirme a esto porque lo que permanentemente se pone en juego es la dignidad del hombre.

En ese sentido traté de manejarme durante estos dos años, buscando representar no solo los valores democráticos y el respeto por sus instituciones, sino también a la sociedad en su conjunto. Y lo hice sin poner por delante intereses partidarios o especulaciones electorales, sin dejar que la soberbia nuble los objetivos colectivos. No me senté en la banca para decir verdades absolutas, para callar o dejarme callar ni para subestimar a mis compañeros. Decidí dar las discusiones que creía necesarias porque estoy convencida de que es el camino para lograr acuerdos no solo discursivos, sino acuerdos sociales que nos permitan vivir en sociedades justas.

No negué nunca mi pertenencia partidaria a la Unión Cívica Radical; pero tampoco negué mi pertenencia al campo popular y las luchas populares, con las cuales siento que mi partido ha entrado en contradicción. Desde esa postura he intentado no negar el pensamiento del otro, ni lo señalarlo con el dedo acusador. Preferí combatir, confrontar y debatir las ideas. Porque de eso habla la democracia, de consensos y disensos, no de ganadores y perdedores.

Posiblemente suene repetitivo, pero creo que la democracia con sentido social es la única forma de lograr que las sociedades avancen y vivan bajo un sistema de valores que respeten la ética de la solidaridad. Es el legado que me dejaron mis padres biológicos y el padre de la democracia, Raúl Alfonsín. Y ese será mi norte en cada espacio político que ocupe. Ese será mi rumbo de militancia.

Araceli Sívori

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