El anuncio oficial fue por demás elocuente, si bien no es su primera vez en el escenario Atahualpa Yupanqui, en esta oportunidad Cosquín lo recibirá como ganador y no como invitado, y ese sabor especial es inocultable en el rostro de este bailarín local que, defenderá los colores de la provincia de Buenos Aires con el conjunto de malambo “Cimarrón”, y junto a su pareja de danza tradicional, Yésica Ávila.
Proyectos, sueños y concreciones:
“Fue un año muy duro en todo sentido; lo encaré con muchos proyectos que por suerte de a poco fueron tomando forma. En febrero recibí un llamado de quien es ahora mi compañera de baile, Yesica Ávila, contándome la idea de su hermano Emanuel (profesor), quien quería conformar un conjunto de malambo, y allá fui, como siempre tratando de crecer en esto que es la danza”, narró con satisfacción por su elección Lautaro Barrionuevo. “Comenzamos a darle forma al malambo y con el paso de los meses surgió la posibilidad de ir armando la pareja tradicional de danzas con Yésica. Fue un loco objetivo que iniciamos los dos solos. La idea era que, a fin de año, pudiéramos presentarnos en el pre Cosquín”, una luz de esperanza que se concretó. “De a poco fuimos avanzando y recurrimos a un gran profesor, Nahuel Lallana, quien terminó de redondear esta idea de transitar el lindo y loco camino de presentarnos en algunas competencias con el fin de recibir devoluciones para seguir creciendo. En paralelo al malambo íbamos trabajando la pareja, esto no es nada fácil, ya que ensayamos en La Plata y por cuestiones laborales y de estudio los ensayos suelen ser a la noche, terminando muy tarde, sobre todo yo que tengo además que viajar a Brandsen”, contó Lautaro.
Moreno y Azul
“Con el conjunto de malambo -Cimarrón- nos presentamos en el pre Cosquín de Moreno, donde tuvimos la chance de pasar a la final y ganarla. Dos semanas después (el sábado 2) decidimos bailar en pareja en el pre Cosquín de Azul, ya que antes no habíamos podido hacerlo por una lesión que tuvo mi compañera. Fuimos con el objetivo de disfrutar, divertirnos, y ser felices bailando”, dijo con sinceridad y elocuencia. “En el rubro de pareja tradicional se realizan dos rondas, es decir dos danzas obligatorias y una para la final, esta en el caso de pasar -acotó- y nosotros bailamos en primera instancia el marote, luego una polka, y tras saber que estábamos entre los cuatro finalistas realizamos la última danza, zamba alegre”. El relato parecía aletargarse, porque cada instancia fue vivida y disfrutada a pleno, saboreando sus pasos y logros, sin techo a la vista. “Estábamos felices por haber llegado a la final, y cuando pensábamos que no quedaba nada más, y con la satisfacción de haber disfrutado y entregado todo arriba del escenario, recibimos la noticia, increíble e inesperada, así fue escuchar nuestros apellidos como ganadores de la pareja de danzas tradicional que va a representar a la sede de Azul en el Atahualpa Yupanqui este próximo enero”; ahora los espera Cosquín con la magia de los duendes de la capital nacional del folklore donde, la música, las danzas y el canto, en cada verano y con cada luna, hacen viva la Salamanca en los cultores de nuestras tradiciones.
Vivencia:
“En lo personal estoy muy agradecido a mi familia por el apoyo incondicional y a mi eterna profesora, Marta Díaz, quien me formó desde niño en la danza. En el medio viví muchas cosas lindas, pero también duras, la decisión de dejar el taller de danzas municipal donde transcurrí toda mi vida para trabajar de lleno en esto que hoy se logró; la pérdida de seres queridos que siempre brindaron su apoyo, Josefina Borraz y el Chino Gómez, el gran responsable de que el taller de danzas llegara a Cosquín”. Ganado por la emoción, sensible y de buena madera, Lautaro cerró aclarando que si bien esta no es mi primera vez en el Atahualpa Yupanqui, “es la primera vez que llego como ganador y no como invitado, así que tiene un sabor especial”, este fue su mayor logro con la danza; broche de oro en este fin de año. “Es lo más grande que me ha pasado en el folklore, ser finalista en conjunto de malambo con Cimarrón; y, también finalista en pareja de danza tradicional con Yesica Ávila”, dejó flotando una nueva ilusión, lleno de esperanza y aguardando las pocas semanas que lo separan del premio mayor.
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Por Guillermo E. González – InfoBrandsen |info@infobrandsen.com.ar
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